La pérdida de peso es una de las obsesiones que nos suele aparecer cuando empieza el buen tiempo y una de las maneras fáciles de conseguirlo es moviéndose en el exterior, corriendo o caminando.
Caminar o correr ya generan de por si multitud de beneficios en nuestra salud; recuerda “quien mueve las piernas mueve el corazón”, reduce el colesterol, controla el azúcar / diabetes, rebaja es estrés, previene la osteoporosis…
Ahora nos vamos a concentrar en que es mejor para rebajar nuestro peso ya que este debate no siempre queda claro.
Perdida de peso: correr es «más rápido»
La quema de calorías es una de las bases para la pérdida de peso y desde este punto de vista la relación es directa entre la intensidad del ejercicio y el consumo de calorías.
De todas maneras hay mucha casuística que debemos tener en cuenta pero con estudios muy serios aclaran bastante el panorama (Medicine & Science in Sports Exercise, Journal of Obesity )
Se ha comprobado en adultos de edades superiores a los 50 años que con un gasto calórico semanal muy parecido entre corredores o caminantes que el índice de masa corporal y la circunferencia de cintura es muy inferior en los sujetos que han estado corriendo, ya que la mayor parte de calorías quemadas repercutían en pérdida de peso y que la progresión en el tiempo de estos corredores corrobora este adelgazamiento. Estos estudios reflejan que el ejercicio de alta intensidad prolongan la quema de calorías bastantes horas después de su finalización debido a un cambio en el comportamiento metabólico.
Una ventaja añadida al running contra las caminatas es que en el primero, en una proporción muy inferior de tiempo vas a gastar las mismas calorías que el que vas a necesitar si tan solo caminas. Por el contrario no todas estamos en la misma forma para llevar a buen puerto unos kilómetros a cierto ritmo.
Otra consecuencia que reporta un ejercicio de alta intensidad como el correr es el hambre que genera y la consiguiente ingestión de calorías; se ha comprobado que los corredores des pues del ejercicio generan en sangre niveles más altos de la hormona PYY, una inhibidora del apetito que hace saciarnos con menos comida después de correr a buen ritmo.
Caminar también sirve

Quizás no eres de las personas que te agraden correr o no estés aún en un momento de forma idóneo, pues a caminar. También contribuirá a la quema de calorías, en menor medida pero no por eso dejará de ayudarte a mantener el peso.
Además sumas la posibilidad de lesiones baja casi a cero, las dolencias cardiacas notarán tu actividad en positivo, colesterol, presión arterial… y si vas acompañada es un placer del que no debes de prescindir!!
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